En este blog trataré de hablar sobre las impresiones que me causó la vida en mi querida Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Ingeniería de Perú, en la especialidad de matemática. Siempre seré un aprendiz tanto de matemática como de educación en matemática, espero poder llegar lejos en este objetivo.
lunes, 30 de agosto de 2010
domingo, 29 de agosto de 2010
La Matemática y los Viajes
Cuando estaba en la secundaria, mi curso favorito era por supuesto... la música. Pasaba horas en la sala de ensayo de mi colegio, aprendiendo todo lo que pudiese sobre la música y también varias instrumentos. Quería ser un trombonista clásico y me preparaba para ello. Pero, fue triste el darme cuenta que eso estaba muy fuera de mi alcance. Necesitaba un trombón de al menos mil billetes verdes y profesores particulares que cobraban en esta moneda para entrar al conservatorio por el que incluso se tiene que pagar.
Así que cuando mi papá me preguntó qué iba a hacer con mi vida, después de pensar un poco dije: bueno, estudiaré ingeniería de algo supongo. Mi papá muy entusiasmado me dijo que podía matricularme en el CEPRE-UNI en el segundo semestre de mi quinto de media.
Mientras estaba en este lugar vi desfilar varios profesores excelentes pero ninguno como el profesor de geometría: José Obregón. Un pata que es ingeniero eléctrico y que está enamorado de la geometría. Las clases maravillosas que nos daba terminaron por convencerme que lo mío no es la ingeniería sino la matemática, no podía pasar mi vida sin conocer las cosas maravillosas que allí existían. Vi que la dedución lógica de resultados era un manjar delicioso y difícil de olvidar. Así que cuando tuve que marcar mis opciones de ingreso, de las nueve que ofrecían en el CEPRE, sólo marqué la primera con la opción N2, es decir matemática.
A mi papá no le cayó muy bien la noticia, pese a que él es físico y además fue profesor de nuestra querida facultad. Me decía que en esta profesión iba a pasar muchas penurias como sus colegas que tienen que trabajar en varios lugares para tener una vida decorosa. Hasta me presentó unos cuantos. Mi papá tenía bastante razón y sabiduría en lo que decía, ahora lo sé aún más que en esa época. Necesitaba un argumento fuerte que lo convenciera de que esto era realmente lo mío. Mi papá viajó mucho gracias a su carrera y se podría decir que ese era su mayor orgullo académico. Entonces le dije: Papá, no te preocupes, yo no voy a ser alguien mediocre, yo voy a ser bueno y viajaré antes de que lo hicieras tú en tu época. Él se quedó perplejo y parece que la convicción con la que dije esas palabras ganó el respeto a mi decisión. Así que postulé a matemática, la agarré la segunda vez cuando puse en mis opciones: N2 y N1.
Pasó el tiempo y en quinto año pude sentir que cumplía la promesa que le hice a mi papá aquella vez: me fui becado a España dos meses en el Programa de Cooperación Universitaria de la Agencia Española de Cooperación Internacional. Cuando estaba en el avión recordé feliz eso que le había prometido a él.
Esta fue la primera vez que viajé fuera del país y fue debido a mis estudios. En ese viaje aprendí que gracias a nuestras carreras de ciencias es posible conocer el mundo, ganar becas y todo lo demás. Entendí que esos esfuerzos hechos en los primeros años de mi carrera aparentemente inútiles, como no salir, dedicarme a estudiar todos los días, evitar distracciones, etc. fueron realmente valiosos para conseguir eso.
Y luego volví a salir en otras ocasiones, en este caso ya fue por intermedio del IMCA. Fui becado a Brasil para hacer dos cursos de verano en el IMPA. Era la primera vez que veía un instituto matemático de nivel mundial y los monstruos que allí habitan. Después pude ir al Congreso Latinoamericano de Álgebra. como parte de un proyecto del CONCYTEC, que se realizó en Uruguay y su continuación en Argentina. Después obtuve una beca en el CONCYTEC para ir a estudiar a Francia.
Para todos estos viajes no tuve que poner ni un céntimo de mi bolsillo. Cuando uno es estudiante y ve que los estudios son complicados y que a veces hay sacrificios por hacer, uno no es capaz de saber las cosas que se pueden lograr en un futuro. Yo puedo decirles que si le ponen realmente muchas muchas ganas a esto, todo lo demás cae por su propio peso. Nuestra modesta casa de estudios es realmente un trampolín a muchas posibilidades de estudios. Y tampoco la magnitud de las notas pesa demasiado en esto sino la actividad que ustedes presenten. Hay muchas convocatorias que quedan desiertas simplemente porque no hay gente que postule, cada uno de nosotros que quiere acceder a alguna de éstas debe estar viendo estas posibilidades en cada embajada, en la oficina de la OCIC de la UNI encargada de difundir las becas (y que no lo hace con mucha eficiencia).
Así que gente, nunca piensen que el mundo está demasiado lejos de ustedes, ya estudiando aquí, poniéndole mucho empeño y el talento que ya poseen por el hecho de estar en nuestra querida facultad, llegarán a donde ustedes quieran. En ese repaso del curso, en eso de preguntar a los profesores, en eso de querer saber más de lo que se les imparte en la universidad, en ese tono que te perdiste por no dejar pasar una clase sin aprender, en ese examen para el cual estudiaste mucho, en todas estas cosas se encuentra tu boleto para salir al mundo a hacerlo tuyo.
Así que adelante, a ser mejores cada día que todo su esfuerzo tendrá su recompensa.
Hasta la próxima queridos amigos
Así que cuando mi papá me preguntó qué iba a hacer con mi vida, después de pensar un poco dije: bueno, estudiaré ingeniería de algo supongo. Mi papá muy entusiasmado me dijo que podía matricularme en el CEPRE-UNI en el segundo semestre de mi quinto de media.
Mientras estaba en este lugar vi desfilar varios profesores excelentes pero ninguno como el profesor de geometría: José Obregón. Un pata que es ingeniero eléctrico y que está enamorado de la geometría. Las clases maravillosas que nos daba terminaron por convencerme que lo mío no es la ingeniería sino la matemática, no podía pasar mi vida sin conocer las cosas maravillosas que allí existían. Vi que la dedución lógica de resultados era un manjar delicioso y difícil de olvidar. Así que cuando tuve que marcar mis opciones de ingreso, de las nueve que ofrecían en el CEPRE, sólo marqué la primera con la opción N2, es decir matemática.
A mi papá no le cayó muy bien la noticia, pese a que él es físico y además fue profesor de nuestra querida facultad. Me decía que en esta profesión iba a pasar muchas penurias como sus colegas que tienen que trabajar en varios lugares para tener una vida decorosa. Hasta me presentó unos cuantos. Mi papá tenía bastante razón y sabiduría en lo que decía, ahora lo sé aún más que en esa época. Necesitaba un argumento fuerte que lo convenciera de que esto era realmente lo mío. Mi papá viajó mucho gracias a su carrera y se podría decir que ese era su mayor orgullo académico. Entonces le dije: Papá, no te preocupes, yo no voy a ser alguien mediocre, yo voy a ser bueno y viajaré antes de que lo hicieras tú en tu época. Él se quedó perplejo y parece que la convicción con la que dije esas palabras ganó el respeto a mi decisión. Así que postulé a matemática, la agarré la segunda vez cuando puse en mis opciones: N2 y N1.
Pasó el tiempo y en quinto año pude sentir que cumplía la promesa que le hice a mi papá aquella vez: me fui becado a España dos meses en el Programa de Cooperación Universitaria de la Agencia Española de Cooperación Internacional. Cuando estaba en el avión recordé feliz eso que le había prometido a él.
Esta fue la primera vez que viajé fuera del país y fue debido a mis estudios. En ese viaje aprendí que gracias a nuestras carreras de ciencias es posible conocer el mundo, ganar becas y todo lo demás. Entendí que esos esfuerzos hechos en los primeros años de mi carrera aparentemente inútiles, como no salir, dedicarme a estudiar todos los días, evitar distracciones, etc. fueron realmente valiosos para conseguir eso.
Y luego volví a salir en otras ocasiones, en este caso ya fue por intermedio del IMCA. Fui becado a Brasil para hacer dos cursos de verano en el IMPA. Era la primera vez que veía un instituto matemático de nivel mundial y los monstruos que allí habitan. Después pude ir al Congreso Latinoamericano de Álgebra. como parte de un proyecto del CONCYTEC, que se realizó en Uruguay y su continuación en Argentina. Después obtuve una beca en el CONCYTEC para ir a estudiar a Francia.
Para todos estos viajes no tuve que poner ni un céntimo de mi bolsillo. Cuando uno es estudiante y ve que los estudios son complicados y que a veces hay sacrificios por hacer, uno no es capaz de saber las cosas que se pueden lograr en un futuro. Yo puedo decirles que si le ponen realmente muchas muchas ganas a esto, todo lo demás cae por su propio peso. Nuestra modesta casa de estudios es realmente un trampolín a muchas posibilidades de estudios. Y tampoco la magnitud de las notas pesa demasiado en esto sino la actividad que ustedes presenten. Hay muchas convocatorias que quedan desiertas simplemente porque no hay gente que postule, cada uno de nosotros que quiere acceder a alguna de éstas debe estar viendo estas posibilidades en cada embajada, en la oficina de la OCIC de la UNI encargada de difundir las becas (y que no lo hace con mucha eficiencia).
Así que gente, nunca piensen que el mundo está demasiado lejos de ustedes, ya estudiando aquí, poniéndole mucho empeño y el talento que ya poseen por el hecho de estar en nuestra querida facultad, llegarán a donde ustedes quieran. En ese repaso del curso, en eso de preguntar a los profesores, en eso de querer saber más de lo que se les imparte en la universidad, en ese tono que te perdiste por no dejar pasar una clase sin aprender, en ese examen para el cual estudiaste mucho, en todas estas cosas se encuentra tu boleto para salir al mundo a hacerlo tuyo.
Así que adelante, a ser mejores cada día que todo su esfuerzo tendrá su recompensa.
Hasta la próxima queridos amigos
viernes, 13 de agosto de 2010
¿De qué le sirve a la sociedad que nos dediquemos a las "ciencias puras"?
Antes de que alguien se ponga exquisito con eso de puro o aplicado, quiero aclarar que me refiero a estudiar ciencias con el simple fin de conocer más. Aquí ya no hablo de vocación de servicio ni de hacer patria. Simplemente de hacer ciencia por hambre de conocimientos visto desde el punto de vista social. ¿Cuál podría ser nuestro aporte a la sociedad?, ¿qué producimos?.
Esta pregunta casi filosófica es importante porque teniendo nosotros una respuesta clara podemos fundamentar ante los demás la importancia de apoyarnos o simplemente para sentirnos útiles ante los demás si nos cabe esa curiosidad. Y también creo que tiene importancia preguntarse esto al momento de pedir presupuestos y subvenciones ya que siempre aquellos que tienen actividades de cercanía más evidente a la generación de recursos querrán tenernos menos en cuenta. No debemos olvidar el nefasto episodio de nuestra historia científica donde se cerró el IMUNI que comenzaba a ser un instituto de matemática importante en Perú, que juntó a brillantes mentes e hizo que vinieran matemáticos extranjeros de talla mundial a dar cursos y seminarios como Laurent Schwartz, padre de la teoría de distribuciones y ganador de la medalla Fields , Jean-Louis Koszul entre otros y en donde se formaron matemáticos de prestigio como se menciona en la página 6 de este enlace. Lamentablemente el oscurantismo de gente ajena al mundo científico hizo que se cerrara dicho instituto.
Un amigo médico me preguntó: ¿Y cuál es tu aporte a la comunidad estudiando esas cosas tan abstractas?. Lejos de querer atacarlo de alguna forma como hubieran hecho muchos diciendo que igual el arte o la filosofía no tiene que servir para algo para existir, quise entender su bien intencionada curiosidad y le respondí de la siguiente forma:
Por ejemplo, piensa en un biólogo citólogo (citología: estudio de las células). Esa persona conoce mucho mejor el tema que un médico de cualquier especialidad porque su objeto de estudio es ése y nadie podría ser el más indicado para impartir sus conocimientos a aquellos que los usarán de forma más directa y quizás aplicada a cosas más tangibles como el tratamiento de enfermedades. Él conoce a profundidad las interacciones entre las células y el porqué de muchas de ellas. Quizás él lo hace por el simple interés de conocer más pero ese conocimiento sirve de respaldo a aquellos que lo usarán en aplicaciones.
Y creo que entendió bien la idea. Alguien debía encargarse de cultivar cierto conocimiento para ser luego impartido entre los demás que probablemente sólo usen sus resultados mas no estén interesados en conocerlo en profundidad.
Lo mismo pasa en matemáticas, un experto en geometría está interesando en conocer más sobre el asunto por simple gusto personal e interés científico pero sus conocimientos impartidos entre matemáticos de otras especialidades hará que éstos se sirvan de éstos para sus propios intereses que pueden salir inclusive de la matemática como en física o en economía. A su vez, un geómetra podría encargarse de cursos más elementales con consciencia de qué temas será necesarios para ser usados en cursos posteriores.
Y ustedes, ¿qué le responderían al público en general que pregunta sobre la repercusión de su área de estudios en la sociedad en su conjunto?, ¿cómo sustentamos nuestra importancia como para que un país nos destine recursos?.
P.D: Pediré que sus respuestas sean al tema y si bien yo soy quien soy, invocaré a que no hagan referencias directas hacia mí sino quizás a todos aquellos que estén interesados en leer esto.
Esta pregunta casi filosófica es importante porque teniendo nosotros una respuesta clara podemos fundamentar ante los demás la importancia de apoyarnos o simplemente para sentirnos útiles ante los demás si nos cabe esa curiosidad. Y también creo que tiene importancia preguntarse esto al momento de pedir presupuestos y subvenciones ya que siempre aquellos que tienen actividades de cercanía más evidente a la generación de recursos querrán tenernos menos en cuenta. No debemos olvidar el nefasto episodio de nuestra historia científica donde se cerró el IMUNI que comenzaba a ser un instituto de matemática importante en Perú, que juntó a brillantes mentes e hizo que vinieran matemáticos extranjeros de talla mundial a dar cursos y seminarios como Laurent Schwartz, padre de la teoría de distribuciones y ganador de la medalla Fields , Jean-Louis Koszul entre otros y en donde se formaron matemáticos de prestigio como se menciona en la página 6 de este enlace. Lamentablemente el oscurantismo de gente ajena al mundo científico hizo que se cerrara dicho instituto.
Un amigo médico me preguntó: ¿Y cuál es tu aporte a la comunidad estudiando esas cosas tan abstractas?. Lejos de querer atacarlo de alguna forma como hubieran hecho muchos diciendo que igual el arte o la filosofía no tiene que servir para algo para existir, quise entender su bien intencionada curiosidad y le respondí de la siguiente forma:
Por ejemplo, piensa en un biólogo citólogo (citología: estudio de las células). Esa persona conoce mucho mejor el tema que un médico de cualquier especialidad porque su objeto de estudio es ése y nadie podría ser el más indicado para impartir sus conocimientos a aquellos que los usarán de forma más directa y quizás aplicada a cosas más tangibles como el tratamiento de enfermedades. Él conoce a profundidad las interacciones entre las células y el porqué de muchas de ellas. Quizás él lo hace por el simple interés de conocer más pero ese conocimiento sirve de respaldo a aquellos que lo usarán en aplicaciones.
Y creo que entendió bien la idea. Alguien debía encargarse de cultivar cierto conocimiento para ser luego impartido entre los demás que probablemente sólo usen sus resultados mas no estén interesados en conocerlo en profundidad.
Lo mismo pasa en matemáticas, un experto en geometría está interesando en conocer más sobre el asunto por simple gusto personal e interés científico pero sus conocimientos impartidos entre matemáticos de otras especialidades hará que éstos se sirvan de éstos para sus propios intereses que pueden salir inclusive de la matemática como en física o en economía. A su vez, un geómetra podría encargarse de cursos más elementales con consciencia de qué temas será necesarios para ser usados en cursos posteriores.
Y ustedes, ¿qué le responderían al público en general que pregunta sobre la repercusión de su área de estudios en la sociedad en su conjunto?, ¿cómo sustentamos nuestra importancia como para que un país nos destine recursos?.
P.D: Pediré que sus respuestas sean al tema y si bien yo soy quien soy, invocaré a que no hagan referencias directas hacia mí sino quizás a todos aquellos que estén interesados en leer esto.
domingo, 1 de agosto de 2010
Ser un hombre de ciencia en Perú, ¿locura?
¿Será que inscribirse en las carreras de ciencias en el Perú es una locura?. Mmm pienso que locura para los que no ven en esto una posibilidad de sentirse realizado. Pero no seamos egoístas, intentemos explicar un poco nuestras posibles motivaciones.
Sé que muchos compañeros y colegas cayeron de casualidad aquí, entiendo su motivación para salir adelante y para aquellos que no puedan irse o no quieran también hay cosas para lograr.
Comenzaré hablando de las ventajas materiales. Para comenzar, si uno quiere sacarle provecho a un proyecto, uno tiene que tratar de ser lo mejor posible, no mejor que los demás sino siempre mejor que uno mismo cada día. Así que no hablaremos mucho del destino de aquellos que no se esfuerzan verdaderamente. Si a uno le va aceptablemente bien en ciencias lo que es casi inmediato es que podrá salir del país a perfeccionarse. Pienso que eso es básico para alguien que quiera vivir de las ciencias, en la universidad uno no aprende cosas que necesariamente servirán, lo que uno debe poder conseguir es "aprender a aprender".
Las posibilidades afuera son muchas, si se aprendió inglés se puede ir a donde sea, países angloparlantes, Europa, Canadá, Japón, China, Rusia, etc. y si no tenemos en Latinoamérica y España alternativas interesanes. Quizás no lo sepas o quizás sí, pero en los países que están en desarrollo (incluyendo a los desarrollados) tratan de captar la mayor cantidad de cerebros para aumentar su capital humano. Y lo hacen ofreciendo becas y facilidades por montones a aquellos que destacan en sus respectivos países. Durante esas becas, se habitúan al país, a la cultura, a la gente y normalmente uno se pone a comparar con el país de origen y se da cuenta quizás que ya no podría volver a acostumbrarse a lo de antes. Quizás conozcan el amor por allá y todo eso. Los salarios que empiezan a ganar allá, las tantas facilidades para el trabajo científico hacen que cualquiera tenga ganas de quedarse a vivir gozando lo que más les gusta y ganando un dinero proporcional al trabajo que se realiza. Quizás empiece a sentir que él se lo ganó solo y que su país no invirtió ni un centavo en su progreso. Lo cual en cierta medida puede ser cierto. Algunos ya son unas eminencias en sus áreas y no sienten posible regresar al Perú para trabajar ya que sin los medios que poseen en los países donde están les es imposible mantener su nivel profesional. Con ellos nuestro país perdió mentes valiosas y sus países anfitriones ganaron un generador importante de riqueza como consecuencia del conocimiento.
Queda en cada uno, seguir su vida afuera o regresar. Ya vimos más o menos por qué quedarse afuera parece lo más "razonable".
Veamos qué podemos hacer si regresamos. Ya con el diploma bajo el brazo y la hoja de vida algo gordita, si lo que queremos es empezar una familia o comenzar una vida adulta podemos intentar ganar dinero, y eso es posible al corto plazo enseñando en una o varias universidades. En especial las privadas, porque allí pagan extraordinariamente bien con respecto a la universidad nacional y ocuparán apenas un pequeño porcentaje de esfuerzo académico, el esfuerzo es exigido en otras cosas. Puede que con esta jugada ya la vida esté resuelta, porque se puede amasar fortuna y tener las comodidades materiales para empezar a tener una familia o empezar a hacer un patrimonio. En pocas palabras la estabilidad laboral y económica tan ansiada en estos tiempos de desempleo y sub-empleo. Después de un tiempo, uno puede ponerse a pensar "¿y mis investigaciones?, ¿estoy cultivando lo que tanto me gustaba y que me esforcé tanto por aprender?, ¿me estoy olvidando de cosas de las que me jactaba de conocer bien?, ¿mis tantos estudios están sirviendo realmente para algo?".
Y aquí viene la alternativa más extraña para muchos, ¿regresar al Perú a hacer ciencia?. ¿Con qué y con quiénes? serían las primeras preguntas. En nuestro país no hay más que trabas, salario poco interesante, falta de valoración del trabajo científico, falta de políticas para el desarrollo de las ciencias, poca o ninguna infraestructura, poco aprecio a nuestro trabajo, falta de reconocimiento, etc. O sea si uno regresa a hacer ciencia en nuestro país, uno regresa para buscarse problemas y frustraciones que en donde estábamos no existen. Si uno quiere hacer ciencia en nuestro país necesita estar dispuesto a sacrificarse, incluso renunciar a la posibilidad de tener comodidades con tal de realizar esto para lo cual la vocación es lo indispensable. Si uno siente que puede ser útil y se siente bien contribuyendo al desarrollo de nuestro país, entonces es el indicado para intentar hacer ciencia en el Perú. Como no hay mucho de eso por aquí, se tiene la sagrada y privilegiada misión de ser uno de los pioneros en su área, comenzar una escuela científica desde casi cero. Tener la satisfacción de formar estudiantes que a más largo plazo continuarán la revolución que nosotros empezaremos. Ser el referente nacional de ese ímpetu progresista que sacará a nuestro país del subdesarrollo. Es una aventura en la cual nuestra creatividad y nuestra entereza emocional jugarán un rol importante.
Elige tú el camino y cualquiera que sea el que tomes, que tengas mucha suerte, pero si eliges el de venir a hacer ciencia en el Perú tendrás la admiración de tus alumnos y de aquellos que sabemos valorar ese esfuerzo que probablemente hagas tú en el silencio de tu propia realización personal.
Amar a tu país se puede hacer de dos formas: siendo el hincha que sufre y goza desde la tribuna con los goles de los jugadores de su equipo, que los pifea cuando juegan mal y hacen suyos los triunfos que ellos logran o ser uno de esos que están en la cancha dando lo mejor de sí aunque esos hinchas para los que juegan no los aprecien y más bien los desalienten. A nuestro país, los hinchas le sobran, pero en todos los terrenos y disciplinas nos faltan jugadores.
Hasta pronto estimados amigos.
Sé que muchos compañeros y colegas cayeron de casualidad aquí, entiendo su motivación para salir adelante y para aquellos que no puedan irse o no quieran también hay cosas para lograr.
Comenzaré hablando de las ventajas materiales. Para comenzar, si uno quiere sacarle provecho a un proyecto, uno tiene que tratar de ser lo mejor posible, no mejor que los demás sino siempre mejor que uno mismo cada día. Así que no hablaremos mucho del destino de aquellos que no se esfuerzan verdaderamente. Si a uno le va aceptablemente bien en ciencias lo que es casi inmediato es que podrá salir del país a perfeccionarse. Pienso que eso es básico para alguien que quiera vivir de las ciencias, en la universidad uno no aprende cosas que necesariamente servirán, lo que uno debe poder conseguir es "aprender a aprender".
Las posibilidades afuera son muchas, si se aprendió inglés se puede ir a donde sea, países angloparlantes, Europa, Canadá, Japón, China, Rusia, etc. y si no tenemos en Latinoamérica y España alternativas interesanes. Quizás no lo sepas o quizás sí, pero en los países que están en desarrollo (incluyendo a los desarrollados) tratan de captar la mayor cantidad de cerebros para aumentar su capital humano. Y lo hacen ofreciendo becas y facilidades por montones a aquellos que destacan en sus respectivos países. Durante esas becas, se habitúan al país, a la cultura, a la gente y normalmente uno se pone a comparar con el país de origen y se da cuenta quizás que ya no podría volver a acostumbrarse a lo de antes. Quizás conozcan el amor por allá y todo eso. Los salarios que empiezan a ganar allá, las tantas facilidades para el trabajo científico hacen que cualquiera tenga ganas de quedarse a vivir gozando lo que más les gusta y ganando un dinero proporcional al trabajo que se realiza. Quizás empiece a sentir que él se lo ganó solo y que su país no invirtió ni un centavo en su progreso. Lo cual en cierta medida puede ser cierto. Algunos ya son unas eminencias en sus áreas y no sienten posible regresar al Perú para trabajar ya que sin los medios que poseen en los países donde están les es imposible mantener su nivel profesional. Con ellos nuestro país perdió mentes valiosas y sus países anfitriones ganaron un generador importante de riqueza como consecuencia del conocimiento.
Queda en cada uno, seguir su vida afuera o regresar. Ya vimos más o menos por qué quedarse afuera parece lo más "razonable".
Veamos qué podemos hacer si regresamos. Ya con el diploma bajo el brazo y la hoja de vida algo gordita, si lo que queremos es empezar una familia o comenzar una vida adulta podemos intentar ganar dinero, y eso es posible al corto plazo enseñando en una o varias universidades. En especial las privadas, porque allí pagan extraordinariamente bien con respecto a la universidad nacional y ocuparán apenas un pequeño porcentaje de esfuerzo académico, el esfuerzo es exigido en otras cosas. Puede que con esta jugada ya la vida esté resuelta, porque se puede amasar fortuna y tener las comodidades materiales para empezar a tener una familia o empezar a hacer un patrimonio. En pocas palabras la estabilidad laboral y económica tan ansiada en estos tiempos de desempleo y sub-empleo. Después de un tiempo, uno puede ponerse a pensar "¿y mis investigaciones?, ¿estoy cultivando lo que tanto me gustaba y que me esforcé tanto por aprender?, ¿me estoy olvidando de cosas de las que me jactaba de conocer bien?, ¿mis tantos estudios están sirviendo realmente para algo?".
Y aquí viene la alternativa más extraña para muchos, ¿regresar al Perú a hacer ciencia?. ¿Con qué y con quiénes? serían las primeras preguntas. En nuestro país no hay más que trabas, salario poco interesante, falta de valoración del trabajo científico, falta de políticas para el desarrollo de las ciencias, poca o ninguna infraestructura, poco aprecio a nuestro trabajo, falta de reconocimiento, etc. O sea si uno regresa a hacer ciencia en nuestro país, uno regresa para buscarse problemas y frustraciones que en donde estábamos no existen. Si uno quiere hacer ciencia en nuestro país necesita estar dispuesto a sacrificarse, incluso renunciar a la posibilidad de tener comodidades con tal de realizar esto para lo cual la vocación es lo indispensable. Si uno siente que puede ser útil y se siente bien contribuyendo al desarrollo de nuestro país, entonces es el indicado para intentar hacer ciencia en el Perú. Como no hay mucho de eso por aquí, se tiene la sagrada y privilegiada misión de ser uno de los pioneros en su área, comenzar una escuela científica desde casi cero. Tener la satisfacción de formar estudiantes que a más largo plazo continuarán la revolución que nosotros empezaremos. Ser el referente nacional de ese ímpetu progresista que sacará a nuestro país del subdesarrollo. Es una aventura en la cual nuestra creatividad y nuestra entereza emocional jugarán un rol importante.
Elige tú el camino y cualquiera que sea el que tomes, que tengas mucha suerte, pero si eliges el de venir a hacer ciencia en el Perú tendrás la admiración de tus alumnos y de aquellos que sabemos valorar ese esfuerzo que probablemente hagas tú en el silencio de tu propia realización personal.
Amar a tu país se puede hacer de dos formas: siendo el hincha que sufre y goza desde la tribuna con los goles de los jugadores de su equipo, que los pifea cuando juegan mal y hacen suyos los triunfos que ellos logran o ser uno de esos que están en la cancha dando lo mejor de sí aunque esos hinchas para los que juegan no los aprecien y más bien los desalienten. A nuestro país, los hinchas le sobran, pero en todos los terrenos y disciplinas nos faltan jugadores.
Hasta pronto estimados amigos.
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