En este blog trataré de hablar sobre las impresiones que me causó la vida en mi querida Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Ingeniería de Perú, en la especialidad de matemática. Siempre seré un aprendiz tanto de matemática como de educación en matemática, espero poder llegar lejos en este objetivo.
domingo, 12 de septiembre de 2010
Blog interesante
Allí, Michael Hurtado coloca cosas de divulgación matemática muy interesantes.
lunes, 6 de septiembre de 2010
Yo también volé...
Así es, todos volamos alguna vez, unos más alto que otros y otros ya se volvieron animales aéros, otros como las codornices que vuelan pero muy poco. En mi caso fueron por cursos no matemáticos o pseudo-matemáticos jajajaja no mentira, computación y análisis numérico son áreas respetables del conocimiento para mí.
Comencemos con la primera vez que sentí que para volar no hacen faltan ni alas ni hierbas alucinógenas. Fue el curso de computación I. En esos tiempos (1997) tener computadora no era algo habitual, de hecho era alarmante ver cómo algunos de mis compañeros no sabían ni encenderla y otros peor no sabían pasar de una línea a otra o copiar y pegar. Sin contar que nuestro laboratorio de cómputo daba pena con esas computadoras viejas y software 100% pirata. Es alucinante pensar que había un procedimiento entre los técnicos para formatear todas las máquinas en caso de que el INDECOPI llegara en operativo. Yo alguna vez tuve computadora en la secundaria pero sólo con jueguitos y cosas simples. Así que el profesor empezó el curso hablándonos de pseudo-códigos y algoritmos. La mayoría voló al toque incluyéndome pero traté de aferrarme a la vida, tratando de estudiar y practicar el mayor tiempo posible pero nada, sin computadora no era fácil. El salón se dividió en dos partes para la práctica: Una de ellas estaba con un profesor displicente, algo "coquetón" con sus alumnas, en ese grupo pasaron absolutamente todos. En el otro grupo, donde me encontraba, era un profesor que era pura finta pero tranqueaba a nuestras pobres mentes. Mis notas no pasaban de 10, un 3 por allí en esos absurdos exámenes que dábamos ¡programar en papel!. Para aquellos que piensen que eso es didáctico, les pido recordar que no todos teníamos el talento ni la práctica para eso. Así que pensé que este sería mi primer jalado de la universidad. Por suerte un mes y algo antes de que acabe el curso mi papá accedió a mis súplicas y me compró una computadora. Con un disco de 800 megas no más pero lo suficiente para practicar. De allí mi ojos empezaron a volverse como los de un lechuzón de tantas amanecidas programando, tratando de salvar mi ya mancillado honor. Y con un 20 en el examen final pude aprobar con ¡10 de promedio!, de forma espectacular como diría Orestes. En mi grupo pasamos dos, uno que pensé que era un genio de la computación pero no, estaba estudiando ingeniería de sistemas en San Marcos, ¡así no valeeeeeeeeee! y yo. Después de ese semestre, los cursos de computación ya no se me hicieron difíciles.
Después el otro curso maldito fue Química 2. El primer curso lo recibí con una súper profesora: Gina Chiarella. No me gustó la química de la academia pero esta profesora era genial. En el segundo ciclo, el curso fue espantoso con un profesor súper nervioso. Yo siempre fiel a la clase, incluso en la época del mundial de Francia 98, en el que a veces yo era el único que iba a clase aunque también se cruzaba con Dragon Ball (de 10 a 12). El imbécil ese dijo, "aah si tienen una buena asistencia, les podría subir un punto si hiciera falta". A mí no me interesaba eso pero igual lo anoté en mi cerebro. Nunca entendí la lógica de la química, realmente me esforzaba pero mi mente no era capaz de procesar ese conocimiento. Luego del final, pasó lo más triste, me faltaba un punto para pasar, le reclamé ese punto al infeliz aquel pero me dijo que no, que no podía hacer eso. En mi cabeza le mandé saludos a su viejita, saqué el Chang de la biblioteca y me encerré en mi casa desde ese viernes hasta el lunes en la mañana en que fue el susti. Felizmente aprobé esa nota, con 10 igual pero honorífico. Mi motivación principal fue el hecho de no poder llevar cursos realmente interesantes como Cálculo Avanzado y Álgebra Lineal I.
Una motivación parecida fue la que me hizo pasar Economía. El profesor de esos tiempos era una persona súper recalcitrante (ver aquí). Allí pasé con más nota (11) pero tuve que ir al susti también.
Los siguientes cursos fueron una saga completa: Análisis Numérico I y II. El profesor era magnífico: Alessandri Canchoa. Era bastante respetable su teoría. El problema es que ese curso es meramente práctico, pero la profesora no sabía explicar nada y se veía que estaba en la calle como el resto de sus colegas de la rama que generalmente tienen un nivel matemático muy bajo en esa época. Lo peor es que estos cursos se cruzaron con mi peor etapa académica (ver aquí). Ambos cursos los pasé con 10, siempre con un parcial desastroso y un final pasando en forma espectacular, en especial el segundo que contra todo pronóstico, necesitaba 13 y saqué esa nota, además que fui el único aprobado en el final. Ah podía acariciar la gloria con mis manos :P.
Sé que para la mayoría de ustedes, algunos de estos cursos no fueron problema, en mi mente pasa algo que no llega a procesar esas cosas o quizás no tuve profesores suficientemente motivadores. Tuve cursos mucho más difíciles pero en los que no me fue mal ni tengo un mal recuerdo porque los profesores, pese al alto nivel que exigían, siempre estuvieron prestos a explicarme y ayudarme en lo posible. Creo que ningún curso es para volar si tienen un profesor que está dispuesto a orientarlos de la mejor forma. Mi gratitud a todos ellos, creo que si en esos cursos no me hubiera ido bien, yo ahora no sería matemático.
¿En qué cursos se sintieron volar?, ¿fue culpa de ustedes, el profesor, el tema?
Gracias por su preferencia, hasta pronto.
Comencemos con la primera vez que sentí que para volar no hacen faltan ni alas ni hierbas alucinógenas. Fue el curso de computación I. En esos tiempos (1997) tener computadora no era algo habitual, de hecho era alarmante ver cómo algunos de mis compañeros no sabían ni encenderla y otros peor no sabían pasar de una línea a otra o copiar y pegar. Sin contar que nuestro laboratorio de cómputo daba pena con esas computadoras viejas y software 100% pirata. Es alucinante pensar que había un procedimiento entre los técnicos para formatear todas las máquinas en caso de que el INDECOPI llegara en operativo. Yo alguna vez tuve computadora en la secundaria pero sólo con jueguitos y cosas simples. Así que el profesor empezó el curso hablándonos de pseudo-códigos y algoritmos. La mayoría voló al toque incluyéndome pero traté de aferrarme a la vida, tratando de estudiar y practicar el mayor tiempo posible pero nada, sin computadora no era fácil. El salón se dividió en dos partes para la práctica: Una de ellas estaba con un profesor displicente, algo "coquetón" con sus alumnas, en ese grupo pasaron absolutamente todos. En el otro grupo, donde me encontraba, era un profesor que era pura finta pero tranqueaba a nuestras pobres mentes. Mis notas no pasaban de 10, un 3 por allí en esos absurdos exámenes que dábamos ¡programar en papel!. Para aquellos que piensen que eso es didáctico, les pido recordar que no todos teníamos el talento ni la práctica para eso. Así que pensé que este sería mi primer jalado de la universidad. Por suerte un mes y algo antes de que acabe el curso mi papá accedió a mis súplicas y me compró una computadora. Con un disco de 800 megas no más pero lo suficiente para practicar. De allí mi ojos empezaron a volverse como los de un lechuzón de tantas amanecidas programando, tratando de salvar mi ya mancillado honor. Y con un 20 en el examen final pude aprobar con ¡10 de promedio!, de forma espectacular como diría Orestes. En mi grupo pasamos dos, uno que pensé que era un genio de la computación pero no, estaba estudiando ingeniería de sistemas en San Marcos, ¡así no valeeeeeeeeee! y yo. Después de ese semestre, los cursos de computación ya no se me hicieron difíciles.
Después el otro curso maldito fue Química 2. El primer curso lo recibí con una súper profesora: Gina Chiarella. No me gustó la química de la academia pero esta profesora era genial. En el segundo ciclo, el curso fue espantoso con un profesor súper nervioso. Yo siempre fiel a la clase, incluso en la época del mundial de Francia 98, en el que a veces yo era el único que iba a clase aunque también se cruzaba con Dragon Ball (de 10 a 12). El imbécil ese dijo, "aah si tienen una buena asistencia, les podría subir un punto si hiciera falta". A mí no me interesaba eso pero igual lo anoté en mi cerebro. Nunca entendí la lógica de la química, realmente me esforzaba pero mi mente no era capaz de procesar ese conocimiento. Luego del final, pasó lo más triste, me faltaba un punto para pasar, le reclamé ese punto al infeliz aquel pero me dijo que no, que no podía hacer eso. En mi cabeza le mandé saludos a su viejita, saqué el Chang de la biblioteca y me encerré en mi casa desde ese viernes hasta el lunes en la mañana en que fue el susti. Felizmente aprobé esa nota, con 10 igual pero honorífico. Mi motivación principal fue el hecho de no poder llevar cursos realmente interesantes como Cálculo Avanzado y Álgebra Lineal I.
Una motivación parecida fue la que me hizo pasar Economía. El profesor de esos tiempos era una persona súper recalcitrante (ver aquí). Allí pasé con más nota (11) pero tuve que ir al susti también.
Los siguientes cursos fueron una saga completa: Análisis Numérico I y II. El profesor era magnífico: Alessandri Canchoa. Era bastante respetable su teoría. El problema es que ese curso es meramente práctico, pero la profesora no sabía explicar nada y se veía que estaba en la calle como el resto de sus colegas de la rama que generalmente tienen un nivel matemático muy bajo en esa época. Lo peor es que estos cursos se cruzaron con mi peor etapa académica (ver aquí). Ambos cursos los pasé con 10, siempre con un parcial desastroso y un final pasando en forma espectacular, en especial el segundo que contra todo pronóstico, necesitaba 13 y saqué esa nota, además que fui el único aprobado en el final. Ah podía acariciar la gloria con mis manos :P.
Sé que para la mayoría de ustedes, algunos de estos cursos no fueron problema, en mi mente pasa algo que no llega a procesar esas cosas o quizás no tuve profesores suficientemente motivadores. Tuve cursos mucho más difíciles pero en los que no me fue mal ni tengo un mal recuerdo porque los profesores, pese al alto nivel que exigían, siempre estuvieron prestos a explicarme y ayudarme en lo posible. Creo que ningún curso es para volar si tienen un profesor que está dispuesto a orientarlos de la mejor forma. Mi gratitud a todos ellos, creo que si en esos cursos no me hubiera ido bien, yo ahora no sería matemático.
¿En qué cursos se sintieron volar?, ¿fue culpa de ustedes, el profesor, el tema?
Gracias por su preferencia, hasta pronto.
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